Sonreía Zambia, también Somalia y Mozambique.
Los niños corrían felices buscando el juego mas divertido del parque de entretenciones y abasteciéndose de comida rápida en algún McDonald’s cercano.
Los padres de ellos en cambio, bebían un trago y fumaban un cigarrillo, discutiendo de actualidad y de sus acciones en la bolsa.
De pronto un disparo irrumpió aquel instante de felicidad.
Tomás Moro, siempre tan utópico, solo estaba soñando…
Es increible que estando el siglo XXI aún gran parte de la población mundial siga sumergida en la pobreza.A pesar de que masifica intensamente la información y los asuntos financieros,entre otras cosas, la globalización no ha podido hacer lo mismo con los derechos de las personas, ni el desarrollo humano, ni su bienestar.Millones de personas en el mundo aún no tienen acceso a los bienes y servicios básicos, como por ejemplo buena salud, educación, alimentación mínima y adecuada, etc. Cuando se acabará ésto?? no lo sé, solo me queda dar las gracias por lo que tengo, ya que con eso es suficiente para ser feliz! :) ///jiiji Amor me asombré por un momento, creí que las cosas habían cambiado y que estabas hablando en serio cuando comencé a leer esto. :D
ResponderEliminar:$
me fascina tu forma de hablar y de escribir amor! (:
ResponderEliminar(L)
Tomás Moro, que personaje tan abstracto... pero ni en sus utopias existia perfección...
ResponderEliminarme gusto bastante tu blog ;)