martes, 17 de agosto de 2010

volver a lo natural


Siempre es lo mismo.
Luego de una lluvia de aquellas, nuestro querido Santiago queda tan hipernítido que alcanza la espectacular resolución HD. Un aire tan puro y diáfano que hace notar la belleza de la cordillera , esa "majestuosa y blanca montaña".
Sin embargo, dentro de las veinticuatro horas post precipitaciones todo vuelve a la normalidad: el color grisáceo se apodera nuevamente de la ciudad, retrocediendo a la resolución de los antiguos televisores IRT de los 60's.
Ese articulo, "El derecho a vivir en un medio ambiente libre de contaminación. Es deber del Estado velar para que este derecho no sea afectado y tutelar la preservación de la naturaleza" que consagra nuestra Constitución política una vez mas se va a la papelera de reciclaje.

martes, 29 de septiembre de 2009


Las llamadas universidades estatales no existen en Chile, pues de hecho han sido privatizadas. Desde 1981 se inició un evidente proceso de distanciamiento del Estado con estas instituciones, tendencia que fue profundizada por los gobiernos de la Concertación. La política que se impone es que estas instituciones deben autofinanciarse y transferir la mayor parte de sus costos a las familias y a los propios estudiantes, quienes deben endeudarse tal como si estuvieran matriculados en instituciones privadas. A veces éstos tienen que dejar sus estudios a medio camino porque no pueden pagar sus obligaciones económicas. La U. de Valparaíso sólo recibe un 7% de su presupuesto anual como aporte fiscal directo, la U. de Chile, el 14%. Por esta razón sostengo que en Chile no existen universidades del Estado.
Este es un problema fundamental de la educación superior en Chile, no el sistema de ingreso, ni la existencia del Consejo de Rectores, ni las legítimas diferencias que pueda haber dentro de éste. Un Estado ausente en educación superior, con el gasto público más precario en educación superior (0,3 del PIB), según el Banco Mundial, ha ido generando un irritante e insoportable malestar en las comunidades académicas, estudiantiles y de todos quienes aportan su trabajo en las universidades estatales. El rector de la Universidad de la Chile, apoyado por toda la comunidad, ha exigido un nuevo trato del Estado con sus universidades, el Consorcio que agrupa a estas universidades espera con impaciencia promesas incumplidas por el gobierno. Todavía no ingresa al Parlamento el mensaje presidencial del proyecto de ley sobre incentivo al retiro y digna jubilación para académicos y funcionarios que han servido por largos años.
El abandono del Estado también se manifiesta en impedir que las universidades estatales puedan competir en igualdad de condiciones con un mercado paralelo carente de regulación. Así, si se mantiene el actual régimen jurídico y patrimonial que las considera como servicios de la función administrativa, ello terminará con la existencia de estas instituciones.
Esta es la conclusión realista y triste que deben comunicar y denunciar quienes nos vemos a diario con la administración y las necesidades financieras de dichas universidades. Antes de la tragedia, sin embargo, todas las comunidades afectadas debemos advertir que por el bien del país no puede aceptarse esta situación. Es un deber alertar a las autoridades políticas y a la ciudadanía en su conjunto sobre las consecuencias de una ideología extremista que no sabe de otro incentivo que no sea el lucro privado, al cual todo debe ser sometido.
Las universidades estatales constituyen una forma de sociabilidad imprescindible, aunque no la única, para el desarrollo de la ciencia y la cultura que siempre deben contar con espacios abiertos, sin dueños ni verdades preconcebidas por respetables o cercanas que nos resulten. Tales instituciones necesitan, no sólo dinero, sino de una reforma estructural y para ello se requiere carácter y voluntad que los gobiernos de la concertación no han tenido, entre otras causas porque algunos predican sin ambages que el estado o el mercado son dos herramientas igualmente neutrales para la formación de los cuadros profesionales e intelectuales que necesita el país.
Aldo Valle Acevedo, rector UV.
Extracto,diario El Mercurio de Valparaíso.

viernes, 7 de agosto de 2009

en una isla


¿Por qué nadie me dijo que Michael Jackson había muerto?, creo que soy un ermitaño informativo.

sábado, 10 de enero de 2009

soñar despierto.


Sonreía Zambia, también Somalia y Mozambique.
Los niños corrían felices buscando el juego mas divertido del parque de entretenciones y abasteciéndose de comida rápida en algún McDonald’s cercano.
Los padres de ellos en cambio, bebían un trago y fumaban un cigarrillo, discutiendo de actualidad y de sus acciones en la bolsa.
De pronto un disparo irrumpió aquel instante de felicidad.
Tomás Moro, siempre tan utópico, solo estaba soñando…

¿TV o no te vé ?


Hace algunos días en la mañana acompañado con una humeante taza de café, me dispuse a ver televisión abierta que le había tomado - hace algunos meses- cierta distancia.
De los innumerables comentarios faranduleros de ciertos actores, opinólogos (...),señoras apoya dictadura, bailes de jóvenes chilenos-brasileños que alguna vez tuvieron inmensa fama, y modelos Pro silicona con algún tipo de relación pasajera con un futbolista universitario con postgrado y académico de la lengua haciendo escándalos en una discoteque top santiaguina, me llamo poderosamente la atención un periodista que en una suerte de juego para obtener rating, se puso hábilmente un papel brillante en su rostro a lo que inmediatamente después se dispuso a entrevistar animosamente a transeúntes de Providencia con total normalidad.
Al ver esto tras asombrarme, hice un mini ranking mental de todas las idioteces que he visto en TV y créanme, que son muchas.

miércoles, 7 de enero de 2009

Igualdad.


Seis mil setecientos cincuenta y dos millones ciento veinte y seis mil seiscientos noventa y siete son la totalidad de personas que aproximadamente habitan nuestro vapuleado planeta tierra.
Una cantidad impresionante que el propio Malthus vaticinó en sus ensayos sobre principios de la población mundial, donde aventuro sobre las consecuencias de la tan controversial y renombrada superpoblación.
Convengamos que el crecimiento demográfico es verdadero (duplicándose incluso desde los 50´s a los 90´s), que se debe sin duda a un aumento sin precedentes de la esperanza promedio de vida, fruto de mejores políticas y condiciones sanitarias y alimenticias.
Malthus proponía que el incremento masivo de la población se traduciría en la imposibilidad de la subsistencia humana al verse agotado de recursos necesarios.
A partir de estas posturas, los gigantes líderes mundiales se esmeraron en refortalecer y maquillar el control demográfico, buscando diversas formas de asustar a las masas con la idea de la inmensa natalidad.
La esterilización en India, el control forzado de nacimientos de solo un hijo por núcleo familiar en China, la creación de la Federación Internacional de Planificación de la familia que apoya la anticoncepción y el aborto ayudados por el Consejo de Población de las Naciones Unidas y financiados por el Banco Mundial y el gobierno de los Estados Unidos y vemos también como el señor Rockefeller auspicia la eugenesia para preservar las clases dirigentes.
¿Por qué se controla la población solo en los países pobres?, ¿es este el modo de acabar la pobreza?
El control demográfico en estas medidas solo se puede denominar con un solo nombre: genocidio.